La Declaración Schuman contextualiza la reconciliación franco-alemana a los pocos años de terminar la última de sus guerras.
En la imagen, el saludo de Adenauer y Schuman aparece recreado sobre la ilustración del acto que escenificó la Declaración.

Una fecha mágica... más allá de la Declaración Schuman

El 9 de mayo de 1950, el ministro de Exteriores francés Robert Schuman (con la colaboración del consejero de gobierno Jean Monnet) pronuncia una declaración que suma a sus vecinos alemanes en dar el primer paso para «hacer Europa».

Desde el Instituto 9 de Mayo, recordamos ese y otros hitos del pasado que evoca esta fecha y encontramos en ella la inspiración para el futuro común europeo.

La fecha de la paz

Robert Schuman menciona cuatro veces a la paz en su Declaración del 9 de mayo de 1950, pero lo cierto es que esta fecha y la paz guardan lazos más profundos.

El 9 de mayo de 1945 fue el primer día de paz para Europa en más de un lustro. Aunque los aliados occidentales conmemoran el final de la guerra el día 8 de mayo, al producirse aquella noche la capitulación nazi, para una serie de países del Este y de los Balcanes es el día 9. La ONU ha declarado ambas fechas como Jornadas de recuerdo y reconciliación en honor de quienes perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial.

Lejos de ese presupuesto, en la órbita política de Rusia, el 9 de mayo sigue celebrándose como el Día de la Victoria, siendo un festivo no laborable. Para alejarse de una exaltación belicista, es prominente la solución de Moldavia que, en 2018, sobrepuso a su festividad heredada la celebración del Día de Europa.

Ciertamente, no es que sobre la derrota nazi se alce el poderío soviético, como reivindican algunos a partir de la foto original de Berlín, sino la oportunidad de construir una Europa en paz y sin divisiones, como sugiere la ilustración del serbio Predrag Srbljanin (a la derecha).

La fecha de la solidaria unión

La Declaración de Schuman resulta en la propuesta francesa a la República Federal Alemana de unificar solidariamente las industrias de carbón y de acero en una organización abierta a los demás países de Europa. 

En menos de un año, el 18 de abril de 1951, la RFA, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos firmarán en París el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).

Por otra parte, el mismo día en el que aquel mensaje francés llegaba a Bonn, el 9 de mayo de 1950, el canciller alemán Konrad Adenauer anuncia en una rueda de prensa su voluntad para la adhesión alemana al Consejo de Europa con la siguientes palabras: «La unión de Europa, bajo la inclusión de la República Federal Alemana, es un camino muy importante para conseguir y mantener la paz (…) ofrecer una paz duradera a los pueblos del mundo. ¿Podemos responder ante nuestra conciencia, ante nuestro pueblo y ante Europa, si no entramos en el Consejo de Europa…?».

Tras estas apuestas por la democracia y los derechos humanos, por un lado, y la integración europea por otro, Alemania apuesta igualmente por la seguridad colectiva ingresando en la OTAN en mayo de 1955. Así, alrededor de las fechas del 9 de mayo de 1945, 1950 y 1955, este país pasa de ser un país enemigo y derrotado, a ser un aliado político, económico y militar fundamental.

La miembros de la Alta Autoridad de la CECA, con Jean Monnet como presidente, celebrando el comienzo de su funcionamiento, en 1952, con la producción de un lingote metálico con la inscripción EUROPA.

Día de Europa, seña de nuestra identidad supranacional

El Consejo de Europa es la primera organización intergubernamental europea, fundada en Londres, el 5 de mayo de 1949. Seguidamente, se dotó de símbolos: en 1955, la bandera azul con las doce estrellas doradas en círculo; en 1964, la fecha de su fundación como Día de Europa; y, en 1971, la Oda a la Alegría como himno. Así, con la incorporación de España al Consejo de Europa en 1977, aquí llegamos a celebrar el 5 de mayo.

En paralelo, el gran avance en la construcción europea se producía en el seno del proyecto emprendido con la Declaración de Schuman. 

En 1984, los líderes de la Comunidad (hoy Unión) crearon un Comité que fijara posibles avances hacia «la Europa de los ciudadanos». Presidido por Pietro Adonnino, el Comité produjo dos informes-propuesta que se aprobaron por los jefes de Estado y de gobierno en la cumbre de Milán, en 1985. Entre ellas, la adopción de símbolos oficiales, haciendo suyos los del Consejo de Europa, menos el Día de Europa, que en cambio sería el 9 de mayo, «una fecha de gran significación para la Comunidad».

Su primera celebración fue en 1986, como Europa de los doce, con España y Portugal.

La revista European File de la Comisión Europea, en su número de marzo de 1987, consideraba que la instauración del Día de Europa el 9 de mayo debe suscitar cada año un renovado despertar de la conciencia europea, comparándolo con las fiestas nacionales de cada país y apuntando que es un día para todos los ciudadanos.

El primer hizado de la bandera europea junto al edificio de la Comisión, en mayo de 1986.